"El cuaderno del viajero" en Las Arribes
Rutas turísticas por la provincia salmantina

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Ruta turística por Tierras de Ledesma, Las Arribes y El Abadengo

     La diversidad, interés y dispersión de los recursos turísticos del Noroeste (NO) provincial, aconsejan establecer una Ruta para visitarlos y que, con ello, se beneficie la actividad turística en la zona. Dicha Ruta debe tener el siguiente Itinerario, con arranque y final en Ledesma: Se sale por la carretera SA-302 en dirección a Las Arribes, pasa por Almendra y se visitará la presa sobre el Tormes. Continúa por Villarino con interesantes cosas, sigue por Pereña y Aldeadávila, con desviaciones para ir a varios miradores y la presa, entre otras. Sigue después por La Zarza, Cerezal y se visitan Mieza, Vilvestre y Saucelle, antes de bajar otra vez al Duero para visitar la presa y el poblado de Saucelle, la Fregeneda, el puerto fluvial de Vega Terrón y el tramo final del ferrocarril La Fuente-Barca d'Alva. Sigue por Lumbrales para visitar después San Felices de los Gallegos, Yecle de Yeltes y Vitigudino y volver otra vez a Ledesma.

  • Ledesma. Emplazamiento y conjunto urbano de gran interés

     El viajero que llegue a Ledesma desde Salamanca se sorprende por su singular e interesante emplazamiento, en lo alto de un cerro, antiguo castro, contorneado por el Tormes que ya corre encajado en el roquedo granítico y al que salvan dos interesantes puentes, de los siglos XV y XX. Pasa por aquí una Cañada Ganadera, antigua Calzada romana, que enlazaba Zamora con Ciudad Rodrigo y Cáceres. Cerca de Ledesma hay un interesante puente romano, de Puente Mocho.

     Su importancia histórica y ser centro de un Señorío que perteneció a Don Beltrán de la Cueva, explican el interés del conjunto urbano, con sus murallas, las iglesias de Santa María y Santa Elena, restos del Alcázar, varias casonas, plaza mayor y la vista del río desde el mirador de la muralla. Sigue la Ruta por tierras montaraces con secular dedicación ganadera y pasa por Villaseco de los Reyes, con caserío rodeado por la telaraña de sus cercas de piedra y la interesante ermita de Nuestra Señora de los Reyes, del siglo XV.

  • La presa de la Almendra, una construcción espectacular y sorprendente

     Las características del Tormes a su paso por el municipio de Almendra explican la construcción de la mayor presa de Europa Occidental, con casi de 4 km. de larga y 197 m. de altura en la parte central. Forma un gran embalse con capacidad para 2.636 millones de metros cúbicos, una lámina de agua de 8.500 Hectáreas y reculaje de 35 km. inmejorable para deportes náuticos, si dieran facilidades para el uso y hubiera un mínimo de iniciativa. Es una obra sorprendente y espectacular. La central no está junto a la presa, como es lo habitual, sino 15 km. aguas abajo, junto al Duero y a 500 m. de profundidad. El agua llega hasta ella por el túnel de 15 km. de largo, 7 m. de diámetro y que está a 110 m. de profundidad. La central es reversible, esto es, puede funcionar como un gigantesco motor y bombear agua, en época de crecidas, desde el Duero hasta el embalse de Almendra, para producir energía cuando la demanda es mayor o tiene poco caudal el Duero.

  • Villarino, entrada natural a Las Arribes

     Poco antes de llegar a Villarino cambia el paisaje al acentuarse la morfología fluvial y con ella el microclima mediterráneo, la vegetación y los cultivos resultantes de todo ello. Aparecen viñedos, olivos y frutales, algo impensable antes. Surge un paisaje original e interesante y muy diferente al anterior. La pelillanura se interrumpe, a veces bruscamente, por el encajamiento fluvial, "arribes", con miradores desde los que se tienen extraordinarias vistas del encajamiento del Duero y Tormes, como el del Cerro de San Cristóbal, antes de Villarino, y el de La Fraya, en el propio pueblo. Como otros de la zona, su caserío está en el borde de la pelillanura como para ver el encajamiento del Duero. La descripción de L. Cortés del singular emplazamiento del vecino Fermoselle es aplicable a Villarino y otros pueblos de Las Arribes; dice así: Situado gallardamente, domina desde muy alto la hoz del Duero, lejana y visible, desde sus casas asomadas al poniente, mirando a Portugal, que comienza a la otra orilla. Sus campos en gradación, en hermosas terrazas y bancales, llevan los olivos, vides y frutales, desde las mismas casas, hasta la orilla del Duero, salvando una fuerte pendiente y sorteando ingentes masas de barruecos graníticos de formas muchas veces fantásticas. Cerca de Villarino y siguiendo la Ruta, está la salida de líneas de la central eléctrica, situada 500 m. bajo tierra y a la que se puede acceder por carretera. Abundan las torres metálicas propias y de las centrales de la zona en claro contraste con el paisaje tradicional.

  • Pereña y el singular mirador de la ermita de Nuestra Señora del Castillo

     Siguiendo la Ruta, tantas veces recogida por el popular burro de Villarino, se llega a Pereña, con alargado caserío, denominado por el singular campanario de su iglesia. Del pueblo arrancan dos caminos, uno a la ermita de Nuestra Señora del Castillo, del siglo XVIII, en un extraordinario mirador sobre el Duero. El otro va al Pozo de los Humos, espectacular cascada con cerca de 50 m. de caída, en un paisaje singular, formada por el Uces para desembocar en el Duero.

  • Aldeadávila, punto clave en el paisaje de las tierras fronterizas

     El encajamiento del Duero, las características morfológicas y paisajísticas y las instalaciones hidroeléctricas presentan sus rasgos más acusados en esta zona. Hay varios miradores que lo confirman: Llano de la Bodega, Picón de Felipe, del Fraile, salida de Líneas y la propia presa. El Duero se encaja en el granito entre paredes casi verticales con cerca de 500 m. Tal encajamiento, pendiente y caudal del Duero, explican la construcción de una presa, en un paraje singular, que abastece dos importantes centrales, excavadas en la roca a 500 m. de profundidad y a las que se llega por largos túneles. En este lugar, uno no sabe qué admirar más: si la naturaleza o las construcciones humanas para denominarla. Todo en esta zona es sorprendente, grandioso y espectacular. Un buen ejemplo es la gran roca situada en el municipio de La Peña, en la carretera que une Vitigudino y Masueco, y cuyo nombre, sin duda, procede de este majestuoso elemento natural que puedes observar en la fotografía de debajo de estas líneas.

La Peña, situada en las cercanías de Aldeadávila 

     En la zona hay otros muchas cosas interesantes. Así, el rehabilitado Monasterio de La Verde, del siglo XVI, hoy hospedería del poblado de Iberdrola; la diversidad de la flora, el ver sobrevolar los buitres leonados y otras aves, al ser esta zona la más agreste del parque Natural de las Arribes o hacer un crucero por el río en la playa del Rostro. Si todo lo anterior se acompaña con una comida con productos y vino de la zona, en el restaurante del poblado, el recuerdo de la visita será imborrable.

  • La Code de Mieza, Vilvestre y su crucero por el Duero

     La Ruta se aleja del curso del Duero para volver a la pelillanura. pero merece la pena desviarse a Mieza para ir al mirador de la Code y, si tiene "fuelle", bajar al Llanito de la Pulida en el Duero. merece la pena.

     Vilvestre es otro núcleo con singular emplazamiento en la falda de un cerro, con extraordinarias vistas, en el que hubo un castro, castillo, y hoy ermita del mismo nombre. En la falda hay un interesante taller neolítico y en el pueblo, con singular caserío, un decorado "rollo". Por una cuidada carretera y en medio de olivos, se baja a un embarcadero en el Duero, desde el que se puede hacer un interesante crucero fluvial.

  • El poblado de Saucelle, bucólico rincón de Las Arribes

     Son muchos los lugares en estas tierras con accidentada morfología y acusados contrastes, que invitan a la reflexión y el sosiego. Uno de ellos es el poblado de la presa de Saucelle. El camino para llegar hasta allí también es interesante y pasa por Saucelle con privilegiado emplazamiento. En el tramo final del cañón del Duero, poco antes de recibir al Huebra y de iniciar su andadura más tranquila por Portugal, se ha construido la presa que abastece a dos importantes centrales. Es un paisaje accidentado, más abierto que en la zona de Aldeadávila, pero también singular e interesante.

     Llama la atención el poblado de Iberdrola, por su adecuación al entorno, con naranjos e interesantes construcciones que podrían ser un extraordinario Centro de Turismo Rural. La confluencia del Huebra y el cerro de San Pedro, antiguo castro, son otros lugares interesantes de la zona. La iniciativa privada, sin subvención alguna, ha sabido sacar provecho de la belleza y tranquilidad del lugar, y ha montado un Centro de Turismo Rural: la Quinta de la Concepción, con confortables instalaciones. Han demostrado así las posibilidades turísticas de la zona. Aunque llegar hasta aquí supone cierto sacrificio, las satisfacciones posteriores hacen que quien lo haga no quede defraudado.

  • La Fregeneda y el puerto de Vega Terrón, desconocido reclamo y filón turístico

Puerto fluvial de Vega Terrón, en el río Duero     Aguas abajo de Saucelle, antes de entrar el Duero en Portugal, surge una nueva sorpresa. la morfología es menos accidentada, el río cambia su comportamiento, no se encaja, está a sólo 120 m. de altitud, su pendiente es pequeña lo que hace que sea navegable, aspecto que ha mejorado con la regulación de su caudal por los embalses y las obras realizadas en su cauce en Portugal. Al igual que antes, que nadie espera el espectacular encajamiento del Duero, tampoco se piensa que pueda ocurrir ahora esto aquí. Se ha construido un puerto fluvial, Vega Terrón, desde el que se puede hacer un crucero hasta Oporto en cómodos barcos que cuentan con camarotes y restaurante. Surge así otro interesante y original atractivo turístico, sin igual en España y Portugal. 

     El interés de este lugar se acrecienta porque por aquí pasa también un ferrocarril que desde la Fuente de San Esteban, va hasta Oporto. Su recorrido por tierras del Campo Charro, Abadengo y Arribes es de gran belleza y más aún el interés de su trazado para salvar el escalón meseteño y bajar hasta el Duero. Túneles y viaductos de estilo Eiffel, declarados hoy Bien de Interés Cultural, se suceden en un interesante paisaje. Inexplicablemente está cerrado cuando podía ser un interesante Tren Turístico. Sin duda alguna este lugar es el mejor colofón para una Ruta con tantos, tan variados, originales y sorprendentes atractivos.

  • El Abadengo y su interés turístico: San Felices de los Gallegos y el Castro de Yecla

     La Ruta abandona Las Arribes y entra en el Abadengo, también con paisaje y lugares interesantes. En Lumbrales destacan la iglesia con un interesante retablo de A. de Balbás, una casa palacio y la Torre del Reloj hoy Museo. Se pasa después por San Felices de los Gallegos, el núcleo más interesante del NO provincial, declarado Conjunto Histórico y hoy núcleo de la Ruta de las Fortificaciones Fronterizas. Jugó un destacado papel fronterizo a lo que debe su recinto amurallado y el castillo del siglo XIV, hoy rehabilitado y con un Aula Histórica. Destacan, además, la iglesia, ayuntamiento (siglo XVI), casonas, convento, ermita y un interesante crucero.

     El viajero conocerá más adelante otro interesante lugar de la Ruta de las Fortificaciones, el Castro de Yecla, del siglo VI a.C. Con singular emplazamiento defensivo, en una plataforma entre dos arroyos afluentes del Huebra. La rehabilitación permite recorrer el interesante perímetro amurallado, de más de un km, y ver varios grabados rupestres. La solidez de la fortaleza y belleza del paraje, sorprenden gratamente al viajero que podrá completar su información en el Aula Arqueológica que hay en el cercano pueblo de Yecla.

  • La Ruta por Tierras de Vitigudino. Sencillez e interés paisajístico

     El NO provincial tiene a Vitigudino como principal núcleo urbano. Cuenta con servicios de hostelería que, con las buenas materias primas de la zona y la tradición culinaria, permiten atender, con calidad, la demanda gastronómica de la población de la zona y de los visitantes.

     Sigue la Ruta por Villaseco de los Gamitos y pasa cerca de la ermita de Nuestra Señora del Castillo en un sencillo y bello paraje de encinares que continúa así hasta Ledesma sin grandes cambios, pero no exento de interés. El visitante que haya recorrido de la Ruta y conocido los lugares y paisajes que hay en ella, no quedará defraudado, sino que estará sorprendido y satisfecho y guardará un recuerdo imborrable de la misma.

Fuente: Patronato Provincial de Turismo de Salamanca - Diputación de Salamanca.