Historia de Bogajo
Volver a la Historia de Bogajo

TEXTO DE JESÚS ENCINAS GARCÍA

  • Historia de Bogajo contada por nuestros antepasados

Según la tradición, los primeros pobladores, no se sabe a ciencia cierta quiénes fueron y cuando vinieron, pudieron ser algunos que huyeron del "Campo del Duelo" (actual Campilduero) cuando la gran batalla de los siete Infantes de Lara contra los moros, allá por el año 1.000 de nuestra era. Y se cree que habitaban en dos zonas: En las Fraguas (de ahí el nombre de la calle de la Torre y otras de los alrededores) y en la zona de la ermita del Humilladero cuyas casas eran de barro. Llegaron dos clases de frailes: Unos de la Orden de san Julián de Pereiro de Portugal que hicieron el "monasterium de Perariam" (que, según indicios, estaba en la actual huerta de "La Monja") y los templarios que hicieron la ermita dedicada a san Juan y san Félix (en el lugar que hoy se llama "Pedazo de san Juan").

Y cuentan que hubo una gran crecida del regato que se llevó las casas y los huertos y por eso actualmente se llama esa zona la "Robaldea", y otra zona "Las Torrecillas" que es donde actualmente se encuentra situada la iglesia parroquial dedicada a nuestra Señora del Peral (que, según la leyenda, se apareció sobre un peral silvestre "perotanero" que nunca había dado fruto dándole al niño Jesús una pera buena, con zumo, para aliviarle la sed).

Dicen que la imagen de la Virgen es del siglo XIV y que esos frailes se mortificaban dándose latigazos unos a otros mientras cantaban salmos. Después reedificaron la ermita existente en el Humilladero e hicieron la iglesia parroquial cuy obra duró bastantes años, pues no tenían medios.

Existieron bastantes maestros de todo tipo: alfareros, tejeros, albañiles... que fueron edificando casas y huertos con pozo en la zona actual del pueblo pues era una zona con mucho agua y a poca profundidad.

En la guerra de la Independencia las tropas francesas acamparon en la "Fuente Perenal" y, al avanzar hacia Vitigudino, los esperaba Julián Sánchez "El Charro" en el puente de "Siete Ojos" o puente de Zancao, destruido en parte. El charro venció esa escaramuza y los franceses se volvieron para Bogado y saquearon el pueblo y mataron al Abad y a varios vecinos. Los frailes huyeron llevando el archivo y documentos antiguos a Villares y a Cerralbo, junto con la Reina de los Ángeles y una campana  que hoy se conserva en Cerralbo.

En el año 1845 todavía estaba en ruinas el puente de Zancao. El primitivo puente se construyó en el siglo XV y la carretera en 1.900 y probablemente se reedificó el puente por esa fecha.

En 1887 se acabó de hacer la vía del tren y comenzó a circular.

En el año de 1898 (aproximadamente) pusieron la luz eléctrica.

En el año 1935 se hicieron unas escuelas para niños en la plaza y ese mismo año trajeron el agua desde "Detrás del prado" para el caño del pueblo. Duró hasta 1980 fecha en la que hubo una gran sequía.

En el año 1949 se rompieron las campanas de la iglesia debido a una gamberrada. Fue una pena porque se oían desde muy lejos.

En el año 1950 se hizo el edificio del ayuntamiento.

En el año 1960 se puso el teléfono público con una centralita.

En el año 1986 se metió agua corriente a las casas desde un nuevo sondeo. También se asfaltaron algunas calles. Los años siguientes se terminarían de asfaltar todas.

En el año 1995 se reformó el tejado de la ermita del Humilladero poniéndole vigas de cemento, placas y teja mixta.

En el año 2000 se reformó el tejado de la iglesia parroquial poniendo vigas de hierro, uralita y teja mixta. Costó ocho millones y pagaron la mitad los vecinos. Ese mismo año comenzaron los trámites para la concentración parcelaria de las fincas del término.

Las fiestas tradicionales son el 24 y 25 de Junio (San Juan Bautista). Antiguamente se hacían capeas con toros y bailes. El primer y el segundo domingo de Octubre se hacía las fiesta de las madrinas (Madrinas de la Virgen o casadas y madrinas del Niño o solteras). Las mujeres iban vestidas con mantón de manila y manteo a la cabeza. Ofrecían roscas y ramos de frutos con rosquillas.

   

En la puerta del cementerio: 1623

En la casa vieja de Carlos: 1699

En la fuente de la ermita: 1759

En el portal de la iglesia: AÑO 1781

En la casa de Augusto: MDCCCLA

En el molino del puente de Zancado: 1905

En la peña del camino de Zancado: 1944

Inscripción de la fuente de la ermita (Año 1759). Pincha para verla ampliada.

Inscripción del molino del puente de los Siete Ojos (Año 1905). Pincha para verla ampliada.

Inscripción de la peña grabada en el camino de Zancado (Año 1944). Pincha para verla ampliada.

     
 

>> Historia del agua de Bogajo

  • Antiguos recuerdos de un funcionario (1955-2000)

Voy a contar lo que recuerdo de mi vida laboral como peón de Conservación de Carreteras durante 45 años. Este es el momento pues ahora ya estoy jubilado y tengo tranquilidad, sin horarios ni controles de superiores (que todo eso sufrí).

Comencé en mayo del 55 con 19 años, ganando 14 pesetas diarias. El trabajo era duro, de pico y pala, con jornada partida (una hora para comer); Cada peón tenía siete kilómetros (todavía no había brigadas) y en ese trayecto éramos como "policías": Podíamos denunciar si alguien infringía el  reglamento de carreteras (cercar sin permiso, atravesar sin paso de cuneta...) o el código de circulación (para carros, bicicletas y los escasos coches que había entonces). Era nuestra obligación también la conservación de los siete kilómetros: Quitando baches (picando el firme, echándole guijarros, arena y agua y apisonándolos con un mazo de madera o hierro para que no se saliera la piedra en verano. El firme tenía tres metros y medio de ancho. ¡Qué disgusto me llevaba al venir un día de aire fuerte y me llevaba la tierra que había echado el día anterior! Obligación nuestra era también rozar para que hubiera visibilidad a tres metros de la cuneta hacia fuera o más si hacía falta y limpiar las cunetas y alcantarillas. En definitiva, en ese trayecto teníamos que hacer de todo. Aunque trabajaba solo. Como la circulación de automóviles fue a más, alguna vez salía con los compañeros para arreglar los kilómetros que a ellos les correspondían.

En las carreteras del Estado estuve 29 años. Después, en el año 84, pasaron las competencias a la Junta de Castilla y León. A estas alturas ya había asfalto en el centro, pero rozar las orillas a mano para la visibilidad y el arreglo de cunetas era cosa nuestra. Yo he trabajado en la carretera 323 que es muy antigua, estrecha y se mete por callejas así que cuando llegaron las máquinas para limpiar cunetas no pudieron entrar las máquinas.

Con la Junta trabajé 15 años con ilusión. Algunas temporadas caminaba 12 km. Y trabajaba sin parar nada. Siempre me creí que ese trozo era mío para siempre. Últimamente han pasado esa carretera a la Diputación y fui a trabajar forzosamente al parque de maquinaria de Vitigudino, como guardia provisional durante un año y medio.

Como anécdota diré que me llevaron de Ciudad Rodrigo a Portugal conduciendo una máquina con una mano. Ahora aclararé esto: la máquina era una "cuenta metros" e íbamos por una carretera secundaria midiendo desperfectos y yo iba de copiloto.

Ahora, cuando voy dando un paseo por mi antigua vía veo con pena "QUE DETRÁS VENDRÁ EL QUE BUENO ME HARÁ". Y ahora se nota bastante lo que hacía "el vago" (que teníamos esa fama). Actualmente hacen el trabajo sin interés por nada ("Zorra que va de paso, candilazo") y sólo esperan que pasen las horas. Yo, como lo he vivido, me duele y me llevo un disgusto al ver cómo están sin limpiar las zonas estrechas de la carretera, sin limpiar cunetas ni desagües ¡¡Desastre!!

He pasado muchas fatigas. Algún día me tocó venir encima de un camión cargado, con tiempo malísimo, en invierno (un 28 de Diciembre); y días de invierno, agua, frío, nieve... Siempre en la carretera aguantando el clima al pie de una pared. Contándole esas fatigas y sufrimientos le escribí a la Jefa de Servicios para que contrataran al yerno por tiempo indefinido pero no me ha contestado. Mandan los sindicatos y no quieren contratar gente, pues me decía un compañero de la Diputación que ellos tienen muchos kilómetros en los que actuar y hasta calles de pueblos y que a las carreteras "que le den por saco". Así que "ajo, agua y..." 

ANÉCDOTA: Sobre el año 1960, un día, cuando iba al trabajo, encontré esparcidos por la carretera billetes y monedas (bastante dinero entonces) y, al rato, vi venir a una señora mirando a todos los lados. Le hice preguntas y, efectivamente, era suyo y le devolví todo lo que encontré. Después, pensándolo, me lo agradeció grandemente pues venía a hacer compras a nuestro pueblo; Pero tuve conciencia y se lo devolví, a pesar de ser vísperas de fiestas y yo tener 25 años (y me hubiera venido bien ese dinerito).

Respecto a las denuncias jamás puse ninguna, sólo hacía advertencias a la gente.

 

El recuerdo que ha quedado mío en la carretera es haber picado por dentro las paredes del puente de "Siete Ojos" o de Zancao, para que quedara como viejo, con piedra a cara vista. Los demás trabajos que hice fueron con tierra y ésta se la ha llevado el viento y la lluvia. Dice un cantante: "las obras quedan, las gentes se van".

Para terminar, recuerdo una humorada que me hicieron los compañeros el día que me jubilé: Me quemaron el bolso de mis pertenencias. Aunque el bolso estaba vacío.

>> Copla de Jesús el caminero y Luis el panadero (año de 1961)

 
  • Bello historial con curiosidades y quejas

Sobre el tren

 

Según nuestros antepasados el ferrocarril de Fuentes de San Esteban a Barca de Alba se construyó o acabó de construirse en colaboración con Portugal en 1887, cavando túneles sobre roca y con estaciones de piedra de sillería; Para acceder a la estación de Bogajo, al principio sólo existía un camino embarrado en invierno y polvoriento en verano. Pero en el año 1900 se construyó la carretera de Vitigudino a la Estación de Bogajo con badenes enlanchados en los bajos y en el año 1904 se hicieron las alcantarillas de piedra para que pasara el agua por debajo y no estropeara la carretera. Hubo mucho jaleo, allá por 1915 y años siguientes, pues venía diariamente el coche Correo de caballos de la zona de los Arribes a buscar la correspondencia y a los viajeros. También llegaban carros de mulas a buscar mercancías y como había tantas cuestas les costaba subir y bajar. Y eso que enganchaban seis mulas a cada carro.

Tenía mucho movimiento la estación porque todo llegaba por el tren, hasta había una cantina con bebidas junto a ella. Venían de Aldeadávila y de toda la zona de Vitigudino, porque era la estación que les quedaba más cerca. Esta les dio mucha vida a estos pueblos nuestros pues los transportistas hacían un alto en el camino para descansar ellos y las caballerías.

Se cerró al tráfico el año 1985 porque no le era rentable a RENFE. Ahora corren rumores que hablan de que quieren reabrir la vía Fuentes de San Esteban - Barca de Alba para fines turísticos y de mercancías. Pues sería muy interesante y bonito por los bellos paisajes y vegetación que tiene todo el trayecto. ¡Que no se acabe de morir esta zona del Oeste salmantino que está en las últimas! ¡Qué le den vida porque es una pena que se mueran estos pueblos!

Sobre la vida de antes y la de ahora

 

Los más viejos recuerdan los años de la posguerra (1940 y siguientes) que algunas familias por cuidar ganados y fincas tenían que vivir en un chozo de escobas y a la luz de un candil de aceite, en el medio de las fincas, familias con nueve hijos, y tenían que comer un pan amarillo compuesto de maíz y centeno que no se tragaba, y era el que te vendían en las panaderías. Y con el pan se comían las patatas que se cultivaban en los huertos (cavados con el azadón), y el tocino y la morcilla de cerdo (que se criaba con los desperdicios de la casa). Y se tenían que vender los huevos de las gallinas para gastos, pues no había otros ingresos en las casa de esa gente humilde.

Pero en las noches de invierno se juntaban los vecinos, y cantaban, y bailaban a la luz de la lumbre de leña que habían traído los hombres al hombro. Y vivían felices. Ahora la gente tiene más dinero pero están tristes y no tienen amistad con nadie. ¡El dinero no hace la felicidad! Quieren vivir individualmente y eso no puede ser. Los pocos que quedan deberían estar unidos para ayudarse unos a otros porque "la unión hace la fuerza".

En Bogajo hemos formado una asociación de mayores que se llama "La Amistad". Somos, de momento, treinta y cinco socios. A ver si podemos juntarnos a pasar ratos juntos de diversión. A ver si se animan más porque en estos pueblos ya todo es gente mayor y bastante se ha trabajado ya en la vida. Este año hemos tenido convivencias con charlas y gimnasia, y hemos hecho algún pequeño viaje de excursión.

Con las humoradas de J. Cabrillas hemos pasado ratos alegres con sus coplas, versos y cantares.

Hay que pasarlo bien ya que vivimos cuatro días, y, aunque tengamos fama de "delicaos" que no la tengamos de "amargaos". 

>> Copla dedicada a Juan Antonio Román González con motivo de su 100 cumpleaños (año 2009)

>> Poema dedicado a Bogajo (año 2011)