Ruta de las Fortificaciones de Frontera
Volver a la información sobre la Ruta de las Fortificaciones de Frontera a su paso por San Felices

San Felices de los Gallegos: breve historia del Castillo durante el siglo XX

Ángel de Dios García     Me siento obligado a publicar lo que llamo "Historia Contemporánea o reseña de los hechos ocurridos con el Castillo desde 1924 al 2004". Y lo hago para poner a cada uno en el lugar que corresponda.

     Desde que hice la "cesión de uso" del Castillo, totalmente gratuita, se han dado muchas charlas y se han escrito muchas páginas. Repetidas veces he leído y escuchado... "El Castillo de Don Dionisio rey de Portugal" o el "Castillo del Duque de Alba" como si ellos fueran los únicos dueños del Castillo.

     No trato, ni muchísimo menos, de quitarle el mérito a esos señores que, posiblemente, uno lo mandó edificar con el erario público de su Nación... para defensa propia y el otro para su disfrute, pero esperando recuperar los gastos con el "impuesto" de la novena parte de los frutos que cada vecino, en concepto de vasallaje, tenía que abonarle.

     Yo creo que el verdadero Dueño, Señor y Defensor del Castillo fue ÁNGEL DE DIOS GARCÍA, que impidió que lo destruyeran rebajándose a pedir un préstamo, que recibiría por medio de una entidad bancaria en el año 1924, para comprarlo. No quiso recibir los millones de pesetas que le ofrecieron si lo dejaba trasladar a América, prefiriendo seguir trabajando la tierra para poder subsistir. Él sólo tenía la mira de que San Felices de los Gallegos pudiera presumir de una de las mejores torres medievales. Yo creo que los pobres (como alguien dijo) de lo único que no se desprenden es de la "dignidad". Y las cosas hay que hacerlas con dignidad como las hizo, en aquel entonces, Ángel para conservar el Castillo. Sin su intervención, hoy no tendríamos Castillo, si acaso un montón de ruinas... Por todo ellos no tengo inconveniente en repetir "que el verdadero Dueño, Señor y Defensor del Castillo fue ÁNGEL DE DIOS GARCÍA", después del Rey de Portugal y del Duque de Alba.

  • Historia

     El Castillo de San Felices de los Gallegos lo mandó construir Don Dionisio Rey de Portugal a finales del siglo XIII, concretamente en el año 1296. Siglo y medio más tarde siendo ya el Castillo propiedad del Duque de Alba, se le dio más esbeltez quedando la torre tal y como es en la actualidad, con una altura de 33 metros. Su constructor fue Juan Carrera.

     Pero la vida y los avatares por los que tuvo que pasar el Castillo durante la época medieval, no me toca a mí referirlos; los dejo a los historiadores que, con mayor conocimiento de causa, lo harán mejor que yo.

     Me voy a centrar en lo que llamo Historia Contemporánea, muy resumida, del Castillo, que comprende desde el año 1924 hasta nuestros días, por ser esto lo que yo he vivido y conocido.

     En aquel entonces (1924) los dueños del Castillo viendo que amenazaba ruina se creyeron en la obligación de desmantelarlo para poder así aprovechar la piedra de sillería en la construcción de casas solariegas.

     En ello estaban cuando se presenta ÁNGEL DE DIOS GARCÍA, un humilde, sencillo y honrado labrador del pueblo, con pocas dotes culturales, sin ningún recurso económico... pero sabiendo muy bien valorar la importancia del castillo como parte muy fundamental en la historia de la Villa y, desde luego, con evidentes miras de futuro. Se presentó y les dijo:"En vez de tirar el castillo, ¿por qué no me lo vendéis? Yo os lo compro..." . Contaba él después -con el gracejo que le caracterizaba- que la oferta dejó atónitos a los dueños que, incrédulos a lo que oían, le respondieron:"Pero, ¿de dónde vas a sacar tú el dinero para pagarnos?".  ÁNGEL DE DIOS lo tenía todo previsto; suponía que le iban a hacer esa pregunta y les contestó:"Dadme dos meses de plazo"  (era el tiempo que tardaban entonces las cartas e ir y volver de América). Sabía que tenía que pedir un préstamo. Y ¿a quién se lo iba a pedir sino a su hermano que estaba en Puerto Rico y podía atenderlo? Le escribió una carta en la que le decía que "le daba mucha pena que el pueblo se quedara sin castillo porque lo estaban tirando, que le mandase dinero prestado para comprarlo" y le prometió devolvérselo conforme le fuera posible.

     Su hermano, que tenía un corazón semejante al suyo, no se hizo de rogar, le alabó la idea, le mandó el dinero y ÁNGEL todo contento, compró el castillo y, desde ese momento fue, no sólo Dueño y Señor del castillo sino, y lo que es más importante el gran defensor del castillo. Durante el tiempo que lo disfrutó no permitió que se moviera ni una sola piedra y lo enseñaba gratis a los visitantes. Lo cuidó siempre con esmero y lo tenía como una verdadera joya.

     Tuvo muchas ofertas de compra, pero de las que yo presencié, la más tentadora fue la del 2 de mayo de 1953, víspera de la fiesta de Santa Cruz. Dos inversores americanos vieron el castillo y quedaron prendados de él; y antes que ÁNGEL DE DIOS les pidiera, ellos ofrecieron 14 millones de pesetas, que en aquel tiempo eran muchísimo dinero. Querían numerar las piedras, desmontarlo, trasladarlo a América y construirlo allí tal y como está aquí.

     Mi padre, ÁNGEL DE DIOS, que tenía las ideas claras y siempre a flote les dijo:"Si me prometen restaurarlo y dejarlo donde está... se lo doy por la mitad de lo que me han ofrecido".  Al negarse a aceptar la propuesta, fue cuando les dijo aquella frase que debería ser lapidaria por ser de un simple labriego:"Saben lo que les digo: Que pueden marchar a su tierra con su dinero, pero dejen aquí el castillo, porque San Felices sin la devoción a Jesús Nazareno y sin el Castillo, dejaría de ser San Felices".  Con ese gesto altruista manifestó, una vez más, el valor monumental y sentimental que para él tenía el castillo. disfrutó del Castillo como dueño durante 41 años.

     Pero el tiempo no pasa en balde. Falleció sin ver colmados sus deseos de ver restaurado el Castillo, pero no sin antes haberme repetido muchas veces:"Mira hijo, yo compré el Castillo para que no lo tiraran y no lo vendí para que no se lo llevaran. Mira a ver si tú consigues que pueda servir para algo".  Otra frase muy significativa en él: que pueda servir para algo; para bien del pueblo.

     Desde 1965 soy yo el heredero de mi padre, por lo tanto el dueño del Castillo. Para mí ha sido una constante el sueño de mi padre: "que pueda servir para algo". También he tenido varias ofertas y muy tentadoras; pero mi deseo, repito, ha sido siempre cumplir una de las últimas voluntades de mi padre: "que pueda servir para algo". Hoy puedo decirles que sirve para mucho, porque en el año 1997 se me presentó la gran oportunidad.

     La Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León me ofrece una subvención de los Fondos Europeos para restaurar el Castillo; yo acepto con la condición de que sea para fines culturales y turísticos. Ellos aceptan mi proposición. entonces una propiedad privada no podía recibir fondos europeos; hacía falta una cesión de uso a una entidad que podía ser la Junta de Castilla y León, la Diputación Provincial de Salamanca o el Ayuntamiento de San Felices de los Gallegos. Los tres tienen las mismas garantías y yo, lógicamente, se lo cedo al Ayuntamiento de mi pueblo creyendo que era lo más indicado, que era el que más me iba a apoyar y, como yo lo cedía gratuitamente, los beneficios revertirían en bien de San Felices.

     Cumplidos todos los requisitos, comienzan las obras. La restauración dentro del Castillo la hace una empresa de Zamora; la cantería, los canteros del pueblo. Instala el Aula Histórica del Castillo la empresa Tres Medios, apoyada por Trama. Posteriormente se une a la Ruta de Fortificaciones de Frontera, siendo el Castillo el aula que más visitantes recibe.

     Desde aquí, yo quisiera decirle a mi padre ÁNGEL DE DIOS GARCÍA, el último defensor del Castillo, que lo que para él fue un constante deseo ya se ha hecho realidad: el Castillo ya está restaurado y cumple con los fines turísticos y culturales. A mi pueblo San Felices decirle: que el pueblo es un punto de encuentro y un referente, y que gracias al Castillo ha adquirido renombre nacional e internacional, a juzgar por los visitantes que lo conocen como:

     ¡San Felices: el pueblo del Castillo!

     Aprovechando esta oportunidad, quiero manifestar mi más profundo y sincero agradecimiento a la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León por su asesoramiento, apoyo y colaboración.

     Ésta es la historia contemporánea de nuestro Castillo.

     Muchas gracias.

 

Francisco de Dios